¿Te has imaginado una galería de arte que exponga los elementos contaminantes más comunes compuestos por los metales pesados? No hay duda de que resultaría una manera muy ingeniosa de crear conciencia social sobre un tema que sin exagerar es de vida o muerte para el planeta. El tema cobra especial trascendencia cuando el arte en sí mismo puede resultar altamente contaminante, dados los elementos o componentes de las pinturas o los diversos metales empleados para la creación de esculturas.
La Sala del Mercurio
Esta pudiera ser la ‘Sala Reina’, ambientada con su característico color rojo de fondo en alusión al planeta que se desangra y al futuro que se avecina. Hay que recordar que los metales pesados son aquellos que al no degradarse fácilmente, permanecen por siglos en el ambiente, contaminando suelos, aguas y plantas, pero que además suelen ser perjudiciales para la salud de los humanos, incluso mortales. El mercurio es uno de ellos, empleado por lo general en la minería y en muchas actividades industriales.
- Una lucha ingeniosa contra la contaminación ambiental
- El arte como aliado para crear consciencia
Es de recordar la frase “loco como sombrerero” con la que la gente solía referirse a quienes eran presa de la locura. Esto es porque quienes se dedicaban a la confección de sombreros, por fortuna en un pasado ya superado, regularmente perdían la razón como consecuencia del envenenamiento por el mercurio empleado en las labores propias de su oficio. Pero el problema no se quedaba en la falta de cordura, sino que seguía avanzando hasta cobrar la vida de los desdichados que enfermaban por esta causa.
El plomo alquímico
Pero una galería de arte inspirada en metales pesados que se precie de ser fiel recordatorio de la huella del hombre sobre el planeta, no estaría completa sin un espacio para resaltar los efectos contaminantes que el plomo ha provocado a lo largo de la historia. Base de los antiguos alquimistas, lejos de legarnos oro sólo ha traído muerte. También se convierte en un peligroso contaminante por las actividades mineras y el uso de combustibles que lo emplean como compuesto, así que es uno de los más comunes.
Pero lo especial de este espacio, está en el hecho de que la pintura, tan necesaria para la materialización de cualquier manifestación artística visual, en muchos casos está hecha con base en este metal pesado altamente contaminante. Así que tintes libres de plomo deben ser usados en las creaciones exhibidas en esta sala de la galería para disipar con su colorido las nubes grises que puedan opacar el arte del hombre. También deben exponerse en dicha área esculturas producto del reciclaje de materiales de este metal.
El falso brillo del cobre
Por último, aunque la lista da para inspirar muchas otras salas de esta galería de metales pesados, hay que reconocer el aporte contaminante del cobre. Nunca más cierta la expresión que dice que ‘no todo lo que brilla es oro’, pues en este caso el metal referido lejos de enriquecer el futuro de las nuevas generaciones lo cercena, al extremo de ser considerado un elemento causante de trastornos tan graves como daños hepáticos y renales, además de la perniciosa anemia.